Prebenjas: el reencuentro

Las previsiones meteorológicas no eran muy halagüeñas pero amaneció un día de sol radiante y agradables temperaturas que nos permitieron disfrutar de una gran jornada de rugby.

 

 

Tras varias jornadas, en las que los horarios nos habían separado, por fin volvían a coincidir los dos equipos y pudimos disfrutar viendo las evoluciones de los Crusansers y los Scrumbiers.

Es habitual que cuando juegan tan pronto nuestros pequeños comiencen con una caraja importante, pero esta vez fue diferente. Comenzaron intensos y muy metidos en el partido. Las delanteras dominaban el encuentro y no se veían muchas galopadas de los tres cuartos. La primera parte fue para los Osos. En la segunda parte los nuestros salieron aún más entonados y remontamos el marcador. El final del partido reflejaba un empate. Merecido resultado para el esfuerzo de ambos equipos.

 

 

Nuestros Crusansers se fueron a descansar y calentar con la labor cumplida. Los padres seguimos dando saltos para entrar en calor.

 

El segundo encuentro era contra Hortaleza. Hueso duro de roer. Tenían en sus filas a un par de niños a los que ya no piden el carnet en las discotecas. El partido se presentaba complicado. 

Sin apenas tiempo para un refrigerio comenzó el tercer encuentro, Crusansers frente a los anfitriones, partido con un marcador corto en el que ambos equipos hicieron gala de una férrea defensa. En ataque el empuje fue constante, percutiendo contra los rivales y mostrando magníficos apoyos, que junto con la gran defensa hicieron que el marcador se decantase del lado de los de Sanse.

 

Sin dilación, los Scrumbiers salieron al campo para hacer otro gran partido en el que exhibieron su evolución jugando como equipo, apoyándose tanto en defensa como en ataque y enlazando buenas jugadas.

 

Como colofón algunos de los nuestros se prestaron a jugar con un equipo al que le faltaban jugadores. Jugar sin importar la camiseta, darlo todo, disfrutar con otros aunque no sean de tu equipo, cuando ves cosas así te das cuenta de lo grande que es este deporte, el Sanse Scrum y los valores que trasmiten a nuestros pequeños.

 

En definitiva, una gran jornada de rugby en la que tanto pequeños como mayores disfrutamos. Hay que felicitar a los chavales por su esfuerzo, sacrificio y las ganas que demuestran partido tras partido y al equipo técnico que día a día hacen que nuestros chavales progresen, aprendan y saquen lo mejor de sí mismos.

 

 

¡Ánimo, CAMPEONES!

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