Natalia, su familia, NUPA...y la nuestra

Una vez más, el rugby fue la excusa. El pegamento que une a tanta gente alrededor de algo bueno.

Natalia. Nuestra pequeña espartana, siempre en nuestras cabezas y nuestro corazón. Siempre sonriendo y demostrando al mundo que si quieres puedes.

Su familia. Esa gran familia que tanto ha dado y sigue dando a nuestro club. Ese grupo de personas que tan bien representan los manidos valores del rugby y la seña de identidad de nuestro equipo. Personas que entran en tu vida y te dan una lección cada día sin pretenderlo. Una familia tan especial que es una suerte que formen parte del eje vertebrador de la nuestra.

NUPA. Una asociación que nació entre las paredes del hospital La Paz para prestar apoyo a familias como la de Natalia. Personas que te hacen tener aun esperanza de que otro mundo es posible. Gente implicada en problemas ajenos, que los asume como propios y que dedica su tiempo y su vida a ayudar.

Una vez más, el rugby fue la excusa. El pegamento que unió el pasado sábado a tanta gente alrededor de una emoción.

Una jornada de competición en la dehesa, la coartada perfecta para dar altavoz a una causa loable, la de la asociación NUPA y su impagable labor. Con su presencia convirtieron el día en solidario, emotivo en su desarrollo y educativo en su exposición. Lecciones de solidaridad para el común de los mortales. Esperamos haber estado a la altura.

Una jornada de competición en la dehesa, La justificación innecesaria para un merecidísimo homenaje pendiente, el ofrecido por el club a Natalia y su familia, a los que tanto admiramos y queremos. Arropados por toda la gente que lo formamos, tuvimos la suerte de disfrutar de sus palabras, emocionarnos con su cariño y transmitirles el nuestro, que es infinito.

No fue un día más, fue uno de eso días que recordaras. Así lo esperamos.

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