AMAR ESTE DEPORTE PARA SER UN VERDADERO JUGADOR DE RUGBY

Llega final de año y ya podemos hacer una valoración inicial de la primera mitad de la temporada de nuestro equipo sub-18.


Este año teníamos varios retos a los que enfrentarnos que en el fondo es lo que le da el sabor a cualquier plato.

 

En el primero, quizá el más importante, hemos avanzado en la dirección correcta. Hacer equipo y amar este deporte es fundamental para ser un verdadero jugador de rugby. Sumando las ganas e ilusión que han traído los sub-16, recién ascendidos de categoría y la fuerza, experiencia y friquismo de los jugadores sub-18, que juegan su último año antes de ser senior, hemos formado un conjunto compacto. Unidos todos a un grupo de padres que nos siguen y apoyan en todo, ya tenemos un verdadero equipo de rugby.

 

El segundo reto era subir de categoría y cambiar una liga (muy necesaria para los clubes pero que en este momento se nos quedaba pequeña por múltiples motivos) por una superior
En este apartado hemos sacado muy buena nota, ganamos todos los partidos y anotamos todos los puntos que pudimos respetando así tanto al contrario como a nuestro propio equipo, terminándola primera fase invictos.


Con los deberes hechos ascenderemos en enero a la segunda división con la ilusión de aprender a competir y seguir subiendo peldaños en la larga escalera de llegar a ser mejores jugadores y entrenadores.

 

Va a ser una segunda vuelta dura por la plantilla corta de la que disponemos y por el mayor nivel de la segunda categoría que comenzamos, pero cuando el reto se define es cuando comienza lo interesante.

 

Con la valentía y el arrojo que demuestran los chicos cada fin de semana, no sólo con el contrario sino también para poner en práctica todo lo aprendido, nos esperan unos meses de rugby en estado puro. Todo un lujo.

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