Y es que este ha sido el eje vertebrador de la jornada de convivencia que por primera vez ha desarrollado la academia del Sanse Scrum, en una pretemporada diseñada por sus entrenadores con el objetivo de aprender qué es el rugby y conocer los límites de cada uno de los chicos y chicas que forman parte del equipo.
Objetivo conseguido con el añadido de las fantásticas sensaciones que a la vuelta nos han transmitido tanto el staff técnico como los jugadores y jugadoras de la academia. Una experiencia que por
el éxito cosechado habrá que repetir en el futuro.
Con la sierra madrileña como escenario, los componentes de la expedición participaron en distintas dinámicas diseñada por los entrenadores para profundizar en el conocimiento del reglamento y
fortalecer el trabajo en equipo.
Tres entrenamientos específicos de rugby, una caminata por la montaña con el objetivo de llevar un cilindro de placaje todo el camino sin tocar el suelo (objetivo cumplido) y una espectacular
comida de montaña, puso el broche final a una convivencia que, como decíamos, esperamos repetir.
Porque, volviendo al objetivo inicial, aunque haya momentos que nos pese, ese amor al rugby nos mantiene vivos y nos permite llegar a la cima.
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